de Innocent MWENDO TUYISENGE – becario de ORA África
Sentimos el ardor de la tierra bajo nuestros pies,
Sin embargo, continuamos caminando,
Envueltos en un silencio penetrante donde todo es desolación,
El polvo en el aire es sofocante, el cielo es plomizo,
Pero en nuestras almas, la llama sigue viva.
El Mundo aún sigue en pie,
A pesar de sus cicatrices de heridas pasadas,
Y del miedo que lo acecha.
Los ríos se secan, el suelo ha perdido su riqueza,
Los vientos de sequía azotan sin piedad,
La cosecha desfallece antes de su esplendor,
Sin embargo, el llamado y la sabiduría de la tierra aún laten.
Los jóvenes continúan soñando a pesar de las cenizas,
Y siembran semillas en donde todo parece derrumbarse.
Bajo el sol implacable y abrazador,
Y a pesar de no haber ganado la batalla, buscan respuestas,
En lugares azotados por vientos intensos,
En lugares donde la esperanza se desvanece.
Con la simpleza de las manos, y una convicción inquebrantable,
Alimentan la esperanza, y diluyen el dolor.
Los mayores suspiran: “es el fin del mundo,
El aire es sofocante, la tierra está envuelta en una neblina asfixiante,
El agua sigue su curso, el fuego chamusca nuestras manos,
Ya nada es lo que fue, se ha perdido todo en los médanos”.
Pero los jóvenes, con su rebeldía incipiente, continúan en pie.
Y plantan árboles al son del viento.
Esbozan un Mundo sobre páginas carbonizadas,
Cada pincelada es una victoria que trasciende el tiempo.
Pintan fincas, esculpen arroyos,
Para mostrar que puede haber vida más allá de los sueños.
Se aferran a la lluvia, desafían al calor,
Sus sueños, intactos, no cederán ante el miedo.
El mundo llora, pero no se quiebra,
Bajo las ruinas, recupera su fortaleza para resurgir.
Las cicatrices de la tierra son profundas,
Pero en cada corazón, la esperanza sigue latiendo.
Reinventando la vida bajo cielos en penumbra,
Aferrándose a la creatividad como último bastión de vida.
La tierra arde bajo nuestros pies

Mi poema, Caminamos bajo las cenizas, se inspira en la capacidad de resistencia de los habitantes de Goma y del este de la República Democrática del Congo (RDC), que se mantienen en pie a pesar de la devastación de su entorno. La guerra ha azotado la región durante más de 20 años, truncando innumerables vidas, desplazando a millones de personas y destruyendo el medio ambiente junto con infraestructuras básicas.
Estas palabras aluden a un territorio en donde los ríos se secan y los campos permanecen yermos, no sólo debido al cambio climático sino también a los interminables conflictos que aniquilan la actividad agrícola y someten a las comunidades a ciclos de hambre y dependencia, reflejando las cicatrices de la Guerra tanto en la tierra como en sus habitantes.
El mundo llora, pero no se quiebra


La provincia de Kivu del Norte sigue afrontando crisis humanitarias atroces: grupos armados que aterrorizan a las poblaciones, desplazamientos masivos de personas, desabastecimiento crónico de alimentos y deforestación fruto de la necesidad de supervivencia. Las erupciones volcánicas del Nyiragongo de los últimos años han acentuado dicha devastación, transformando la riqueza del suelo fértil en aridez. Sin embargo, la región no es solo una ciudad de conflictos sino también un lugar donde florece la resiliencia.
Mi poema describe cielos cubiertos de polvo, tierras yermas y un calor implacable, lo que simboliza el desgaste físico y emocional de la población, pero al mismo tiempo, realza el espíritu inquebrantable de quienes se niegan a rendirse. Se trata de hombres y mujeres jóvenes que, a pesar de los obstáculos que afrontan, siguen innovando, reconstruyendo y creando el futuro.
Construyendo nuevos puentes, trazando nuevos caminos
La voluntad de reconstrucción es inquebrantable, incluso en una tierra azotada por la guerra y la destrucción. Los jóvenes de Goma, como los de muchas regiones castigadas por la guerra, no se limitan a aceptar su destino: siguen adelante, construyen nuevos caminos, buscan soluciones y sueñan con un mañana mejor.
Numerosas iniciativas dirigidas por jóvenes siguen sembrando la esperanza en la región. Jóvenes empresarios, activistas y líderes comunitarios trabajan incansablemente para abordar problemas como la inseguridad alimentaria, la recuperación del medio ambiente y la educación. Estas iniciativas, muchas veces frágiles, demuestran que el cambio es posible y que las generaciones más jóvenes siguen dispuestas a crear un futuro mejor, tanto en Goma como en otras regiones.
“Con mi poema espero sembrar la esperanza a través de historias desconocidas de resiliencia en Goma. Puede que el mundo vea una región azotada por la guerra y el padecimiento, pero yo veo un lugar donde la esperanza sigue viva, donde la gente continúa en pie y donde la creatividad sigue siendo el último bastión de vida”.
Más sobre Innocent Mwendo

Innocent Mwendo, con tan solo 25 años, es cofundador de Green Masolo, una revista ambientalista, y de Editions Virunga, una editorial centrada en la conservación de la vida silvestre. También es el visionario fundador de CultivaHub, una incubadora agrícola que transforma los residuos alimentarios en fertilizantes orgánicos. Potenciando su experiencia académica y empresarial polifacética, Mwendo sigue liderando su comunidad en pos de un cambio significativo.